De PROLAB a las líneas de producción

El desafío consistió en diseñar una solución capaz de superar una patente, elevando los estándares de funcionalidad y calidad. Fue un proceso que puso a prueba nuestra creatividad y conocimientos técnicos.

Hoy quiero compartir uno de los proyectos más retadores y satisfactorios en los que he participado en La Carolina: Un caso de éxito que pasó del laboratorio a las líneas de producción.

El desafío consistió en diseñar una solución capaz de superar una patente, manteniendo y hasta elevando los estándares de funcionalidad y calidad. Fue un proceso que puso a prueba nuestra creatividad y conocimientos técnicos, transformando ideas en prototipos y prototipos en soluciones reales que no solo cumplieron el objetivo, sino que también abrieron la puerta a nuevas oportunidades y aprendizajes.

Esta es solo una de las muchas Historias de Éxito PROLAB que demuestran que, con ingenio y trabajo en equipo, los límites son solo el punto de partida.

Algunos retos llegan para cambiarte la forma de ver lo que haces… y este fue uno de ellos

Para ponerlos en contexto, uno de nuestros usuarios más cercanos en ese momento en el desarrollo de empaques fue Draexlmaier. Justo al inicio de la pandemia, en medio de la incertidumbre global, muchos proyectos se detuvieron, pero este reto llegó para mantenernos activos y enfocados.

Draexlmaier enfrentaba un tema complejo: uno de sus proveedores de empaque tenía los derechos exclusivos sobre un diseño clave y, por diversas razones, no podían seguir colaborando con ellos. Por lo tanto, necesitaban una alternativa que fuera original, sostenible, funcional y que no generara conflictos.

Fue entonces cuando acudieron a nosotros y nos pusimos manos a la obra.

De ideas a prototipos, y de prototipos a líneas de producción.

El proyecto, en esencia, consistía en desarrollar una caja plegable para empacar piezas clase A.

No solo debíamos crear un diseño original para evitar la patente existente, sino también cumplir con varios requisitos clave: debía ser fácil de manipular, mantener su rigidez y estructura estando completamente abierta, proteger las piezas de forma óptima y, por supuesto, ser lo más accesible posible en costo.

Comenzamos analizando minuciosamente el concepto original para comprender a fondo su funcionamiento, luego desarrollamos una versión muy similar, con el objetivo de aprender de su comportamiento y encontrar áreas de mejora, desarrollamos un concepto diseño digital en SolidWorks, donde simulamos el movimiento de la caja plegable en la sección de ensambles, lo que nos permitió evaluar la funcionalidad antes de fabricar cualquier pieza.

En la fase de prototipado, optamos por confeccionar únicamente una celda independiente en distintos materiales. Así pudimos comparar su desempeño tanto en contacto con las piezas como durante el plegado, una vez definido el material ideal y afinados los detalles de diseño, fabricamos la caja completa.

El resultado fue un éxito, tan grande, que poco después nos solicitaron una versión de tres niveles con nueve celdas, también plegable.

En teoría, parecía sencillo replicar el concepto original; en la práctica, no lo fue. La caja de un solo nivel mantenía su estabilidad fácilmente, pero la nueva versión triplicaba altura, peso y complejidad, aunque la experiencia previa nos ayudó, fue necesario realizar nuevas pruebas, ajustes y simulaciones hasta lograr un diseño funcional.

Finalmente, entregamos una caja de tres niveles plegable, fácil de manipular y con la protección total requerida para las piezas.

En aquel momento, las restricciones de acceso por la pandemia nos impidieron presentar los prototipos como de costumbre, junto a todo el equipo de diseño y comercial. El proceso fue más digital y con interlocutores específicos, pero sabíamos que el proyecto había sido un éxito: la caja estaba ya en fabricación masiva y lista para entrar a producción.

Hace poco tuve la oportunidad de visitar las instalaciones de Draexlmaier y recorrer varias líneas de producción y ver decenas de estas cajas en uso día tras día, me llenó de orgullo: sabía que PROLAB había sido parte fundamental en este desarrollo y en esta historia de éxito.

Cada paso, desde el primer boceto hasta la producción masiva, fue prueba de que las grandes soluciones nacen de grandes desafíos.

Ver cómo nuestros diseños cobran vida y se convierten en soluciones funcionales para nuestros usuarios es, sin duda, una de las mayores satisfacciones de nuestro trabajo.

Lo mejor es que todos los desarrollos que realizamos los entregamos directamente a Tiers y OEM´s, con total libertad de uso y sin restricciones. Es un valor añadido que ofrecemos sin costo alguno.

Así que, si estás frente a la necesidad de un nuevo desarrollo o una mejora en empaques, podemos ayudarte a convertir esa idea en una solución real y efectiva.

Contacto

Gabriela Salgado

Representante Comercial Carolina Industrial

Carolina Industrial Sales Representative  

E-mail: gsalgado@carolinapf.com